PARA QUÉ SIRVE
El refrigerador (también llamado refrigeradora, frigorífico, nevera o heladera ) es uno de los electrodomésticos más comunes en el mundo.
Un refrigerador es un dispositivo empleado principalmente en cocina y
en laboratorio. Consiste en un armario aislado térmicamente, con un
compartimento principal en el que se mantiene una temperatura de entre 2 y 6 °C y también, frecuentemente, un compartimento extra utilizado para congelación a −18 °C y llamado, apropiadamente, congelador. El frío se produce mediante un sistema de refrigeración por compresión, alimentado por corriente eléctrica y, a veces, por un sistema de absorción usando como combustible queroseno o gas butano.
Se conoce como refrigeración, generalmente, el enfriamiento de un cuerpo por transferencia de calor.
Algunas aplicaciones típicas son la conservación, en particular de
alimentos, y también el enfriamiento de bebidas para hacer su consumo
más agradable.
FUNCIONAMIENTO
La función de una máquina de refrigeración es tomar el calor de un ambiente a baja temperatura
(en este caso un armario cerrado y aislado térmicamente) y cederlo en
el ambiente exterior (para el refrigerador doméstico sería la cocina),
empleando una fuente de energía externa para mantener el proceso. Un
refrigerador es una bomba de calor (como las de agua, bombea calor de un lugar a bajo nivel térmico a otro de mayor nivel), impulsada generalmente por un motor eléctrico. Es asimismo posible emplear sales eutécticas o absorción.
Para que la eficiencia sea mayor, la diferencia de temperatura entre
el condensador, (que contiene el calor absorbido por el refrigerante en
el evaporador) y el aire ambiente debe ser máxima, ya que es en este
lugar donde el calor sale del aparato. Por este motivo son más
eficientes en invierno que en verano y en cualquier época, su consumo es
menor si se sitúa en un lugar fresco. Asimismo debe procurarse que el
intercambiador de calor externo (o condensador), que suele estar en la
parte trasera del aparato, tenga una buena ventilación.
También son más eficientes y, por lo tanto consumen menos, los
aparatos que disponen de dos compresores, uno para cada compartimento
(refrigeración y congelación). Efectivamente, si se está abriendo
constantemente la puerta del refrigerador (mientras se prepara la
comida), se pondrá en marcha solamente uno de los dos compresores, sin
añadir frío, que no hace falta, al compartimento congelador.
Uno de los pioneros del refrigerador fue Charles Tellier, que en 1867 inventó un dispositivo destinado a fabricar hielo. Entre 1868 y 1869 se centró en el análisis del frío industrial
y sus aplicaciones. Pronto se dedicó a la fabricación de aparatos
frigoríficos para la conservación de los alimentos. Introdujo el éter dimetílico y la trimetilamina en la industria, y en 1876 consiguió construir el primer frigorífico plenamente funcional.
Ese mismo año acondicionó un buque para transportar carne
refrigerada. De esta manera se llevó a cabo el primer transporte a larga
distancia entre Argentina y Europa (concretamente entre Buenos Aires y
la ciudad francesa de Ruan
—en francés, Rouen—), permitiendo que se pudiera consumir carne
suramericana en Europa, cosa que antes hubiera sido impensable. Con esto
dio comienzo un intenso tráfico de carne entre Europa y América.
A pesar de la importancia de su invento, Tellier se mostró carente
del espíritu empresarial necesario para explotarlo comercialmente.
Recibió honores, sobre todo en Uruguay y Argentina
(grandes beneficiarios del invento, que les permitía exportar carne a
Europa), donde se abrieron colectas para intentar ayudar a Tellier. Con
todo, falleció en París casi en la miseria. Además de su invento legó
una importante obra, titulada Historia de una invención moderna: el frigorífico (París, 1910).
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